Amado y odiado. La figura número uno del capitalismo textil siempre crea conflictos y tensiones en las mesas familiares. Este fenómeno ocurre sobre todo en las familias latinoamericanas, en donde los más pequeños de la casa (generalmente sociólogos, politólogos y alguno que otro estudiante de otra ciencia social sin importancia) tienen a bien crear un pequeño altarcillo en sus habitaciones con la figura barbada y la boina. Es más, algunos incluso cayeron cómplices de la industria textil y compraron algunos T-shirts con la cara revolucionaria, pero eso sí, de varios colores, para combinar.

¿Cómo es posible que alguien así genere tanto conflicto, aún después de 52 años de su muerte?

Miren nada más: “Vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la Tierra”. Para el día de su muerte, al menos unas 60 personas habían muerto a causa de la guerrilla y por lo menos unas 10 por sus propias manos.

Miren esta frase, es divertida: “Seamos la pesadilla de quienes pretenden arrebatarnos los sueños”. Hasta ahora no sabemos quién la dijo, si la persona de la que hablamos plácidamente aquí, o tal vez sus enemigos. Sirve para ambas partes.

Algo más gracioso que ver mujeres bailando reggaeton es ver homosexuales apoyando la guerrilla, ya que según nuestro invitado: “El trabajo los hará hombres”.

Ahora observen ésta, aún más graciosa que la anterior: “Es mejor caminar descalzo que robando zapatillas”. Esto es una excusa, claramente prefirió caminar descalzo, puesto que ninguno de los más de 60 campesinos que asesinó usaba zapatillas.

Es posible que se ofendan con la pobre Q’ewa por su afirmación anterior, pero ¿por qué yo estoy mal y este sujeto no? ¿Otra frase incoherente? Aquí la tienen: “En el Perú y Bolivia utilizaremos a la indiada para promover la revolución, de esos hay miles y son fácilmente reemplazables”.

Efectivamente, hasta la victoria siempre.