Política
¿Cuál es la diferencia entre indianismo e indigenismo?
Por María José Gordillo
- 03-11-2021

Esta pregunta se me ha vuelto constante cada vez que observo históricamente las pugnas políticas alrededor del constructo de la identidad étnica originaria en Bolivia. Para responder a esta pregunta para otrxs dummies como yo —que a pesar de venir de Bolivia, vengo de un contexto donde esa pregunta jamás se ha discutido abiertamente— pensé que sería propicio basarme únicamente en el pensamiento indianista expuesto por Fausto Reinaga en su libro La Revolución India (1970). Este fue un escritor e intelectual indianista, que se posicionó como indio boliviano. Fue el único integrante de su familia que realizó estudios superiores, se tituló como abogado por la Universidad Mayor de San Francisco Xavier de Sucre. Su trayectoria política comienza en el Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR), con una inclinación marxista-leninista, nacionalista e indigenista; sin embargo, luego se aleja de estas corrientes y rompe lazos cuando comienza a entenderse como indianista en la época de los sesenta, al tomar conciencia de su origen aymaraquechua y la opresión de su raza.
Desde la corriente de pensamiento y acción política indianista, el vocablo indio no lleva comillas, y es una autodenominación que simboliza al hecho de que Cristóbal Colón estaba esperando llegar a la India cuando zarpó en lo que hoy conocemos como América; al llegar éste llevado por su ignorancia denominó a los habitantes de ese territorio como indios. Según el indianismo, los indios podrían volver a llamarse inkas —que es al pueblo étnico al que reivindican que pertenecen— cuando los mismos se liberen de la opresión colonial e imperial. En ese sentido el indianismo, es una corriente política y de pensamiento, que emerge en Bolivia, alrededor de los años 70 a partir de la incorporación del campesinado como sujeto jurídico dentro de la Reforma del Estado de 1952; tomando en cuenta específicamente la reforma agraria de 1953. El indianismo tiene una imprescindible composición étnica-racial, que conlleva también un fuerte sentido de pertenencia a las naciones y pueblos esclavizados y explotados desde la llegada de los colonizadores a sus territorios ancestrales. Al contrario que con el indianismo, el indigenismo es una corriente literaria que aparece en los años 20 —primero en Perú— para luego expandirse hacia muchos países de América Latina como un movimiento político-social reivindicativo de los sujetos denominados como ‘indígenas’.
Fausto Reinaga discute que los autores representativos de la corriente indigenista no tan solo pertenecían étnicamente al grupo blanco-mestizo, sino que también políticamente tienen otros ideales antagónicos a los de los indianistas. Según Reinaga, los indigenistas tienen la intención de “asimilar” o “integrar” al indio a una sociedad occidentalizada con discursos civilizatorios aspirando a seguir con el modelo europeo que es la causa de la explotación de los indios. Además de que según Reinaga, los indigenistas serían además quienes hablen y escriban sobre la realidad india, sin ser indios, y quienes se queden en un discurso de corte reivindicativo, pero no así realmente liberatorio. Para Fausto Reinaga, los indianistas son quienes están comprometidos con una causa de liberación como cita en su libro: “el indianismo es un movimiento indio, un movimiento indio revolucionario, que no desea asimilarse a nadie; se propone liberarse”.
Un importante componente de la construcción de pensamiento desde el indianismo, que se opone a la del indigenismo, es la diferenciación entre el sujeto “campesino” y el indio; ya que el campesino es una categoría o sujeto político impuesto desde la modernidad Occidental que sigue encasillando al indio a ese único y específico rol productivo de explotación dentro de la jerarquía social, en la economía y la política. Desde el indianismo se propone que el indio tiene que dejar atrás su rol asimilativo que ofrece el indigenismo, y dejar de optar por refugiarse dentro de la categoría ‘campesina’, por razón de la historia de opresión e invisibilización que esta trae consigo. Lo que se propone desde el indianismo es que el indio debería empeñarse a dejar de ser campesino en la sociedad blanca para convertirse en “un hombre libre en su sociedad libre”, y rechazar la lógica occidental y colonial que pretenden mantenerlo en su condición de opresión e invisibilización.
“Desde el indianismo se propone que el indio tiene que dejar atrás su rol asimilativo que ofrece el indigenismo, y dejar de optar por refugiarse dentro de la categoría ‘campesina’”
Interesantemente, en palabras de Reinaga “burguesía, proletariado, campesinado, son las clásicas clases sociales de Occidente, de Europa; que en Indoamérica, concretamente en Bolivia, no son más que una superestructura grosera y ridícula”. Por lo que se puede entender que el indianismo como ideología desde la lectura del autor desea mantenerse por fuera de los cánones de pensamiento y acción política occidentales —que son incorporados y recibidos desde el indigenismo por ejemplo desde Mariátegui— inclusive aquellos que traen consigo una praxis filosófica y política revolucionaria como es el socialismo, que pretende ser un movimiento que pueda también liberar a los indios, pero desde perspectivas que siguen estando orientadas a los sistemas políticos y organizativos coloniales y modernos. Aquí rescato el siguiente fragmento de Fasto Reinaga ([1970] 2010):
“El indio no es una clase social. ¿Entonces qué es? El indio es una raza, un pueblo, una Nación oprimida. El problema del indio no es el problema “campesino”. El campesino auténtico lucha por el salario. Su meta es la justicia social. El indio no lucha por el salario, que nunca conoció; ni por la justicia social, que ni siquiera imagina. El indio lucha por la justicia racial, por la libertad de su raza; raza esclavizada desde que el Occidente puso su pezuña en las tierras del Tawantinsuyu.”
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La discusión del marxismo, y en general de la izquierda, me parece relevante cuando se habla de las diferencias entre indigenismo e indianismo, puesto que es una discusión contemporánea a la realidad boliviana actual. Ya que el actual partido de gobierno que se enuncia ampliamente desde una performance indígena y tiene un proyecto que pretende construir un Estado socialista, podría ser definitivamente interpretado como un intento de partido indigenista. Desde una epistemología indianista el Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) se entendería entonces como un partido que ni siquiera por un momento debería poder ser confundido como un partido indianista, a pesar de las reivindicaciones que muchas veces abanderan. En palabras de Fausto Reinaga: “ningún cholo blanco-mestizo hará un Partido para el indio; el indio hará un Partido indio”. Cuando Reinaga escribe sobre el ‘cholo’ se refiere al resultado del mestizaje que ha servido únicamente para seguir oprimiendo al indio; el cholo sería quien se subyuga al asimilacionismo. Es rescatable distinguir que el indigenismo tiene un discurso amplio, de derechos humanos, y multiculturalista que es necesario diferenciar del indianismo, vuelvo a remitirme a las palabras de Fausto Reinaga (2010 [1970]):
“Por consiguiente, el indigenismo es una subideología que va contra el indio. El indio por naturaleza, principio y acto es, debe y tiene que ser no solo anti-indigenista; sino el indio tiene que ser enemigo del indigenismo. Porque el indigenismo, como literatura, es una literatura sentida, pensada y escrita por mestizos y cholos y para mestizos y cholos. El indigenismo es una literatura del mestizo occidentalizado, para el consumo, no de los indios que ignoran el castellano”.
Surge entonces una fuerte tensión entre aquellos que reivindican las luchas de los indígenas y las luchas por un Estado socialista o un Estado de bienestar bajo una bandera de progresismo; con aquellos que en realidad tienen un proyecto de liberación racial de toda aquella estructura colonial y moderna de opresión. Si entendemos al indio como único sujeto político de la lucha de la liberación indianista, entonces también se entiende que este no debería querer ni pretender ser servil a ningún proyecto político que se lleve a cabo desde cualquier ideología blanco-mestiza. O cualquier otra agenda de emancipación que no tenga como fin último crear una fuerza unificada para retornar al poder político total de “una raza, un pueblo, una Nación, una civilización y una cultura”, por fuera de las lógicas de los Estados modernos ni de los sistemas políticos internacionales. Lo que también conlleva a contemplar el hecho de que la actual característica de la plurinacionalidad del Estado boliviano luego de la última Asamblea Constituyente no vendría a ser un objetivo político de los indianistas, y tampoco la finalidad de sus fuerzas unificadas en pie de lucha.
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María José Gordilloes licenciada en Género y Diversidad, estudiante de la maestría en Estudios Latinoamericanos Interdisciplinarios y parte del Directorio de Cronistas Latinoamericanos.