ENTREVISTA
Dana Babic: “No considero que haya buenas o malas obras”
Por Julián Álvarez Sansone
- 03-01-2021
Dana Babic nació en Avellaneda en 1972. Reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde los trece años. Es lectora editorial y realiza informes de lectura. También maneja las redes sociales de editoriales y autores.
Creó y dirige Burak, una revista de divulgación literaria y artística.
En el marco de los siempre estresantes finales de diciembre, Cronistas Latinoamericanos contactó a una de las voces más interesantes del denominado “mundillo literario”, Dana Babic. En esta entrevista, Babic nos habla de sus acercamientos a la literatura, del análisis de los libros, de la calidad de las obras literarias, del trabajo del agente literario y de su nueva revista dedicada a la literatura y al arte en general: Burak. También, nos habla de la posibilidad de hacer de esa revista una revista impresa y de las expectativas que tiene de cara al 2021.
¿Cómo fueron tus acercamientos a la literatura?
Empecé a leer siendo muy chica. A los nueve años ya me aburrían las historias infantiles; entonces, lo que hacía era treparme a un banquito para sacar de la biblioteca familiar lectura “para grandes”. Desde ese momento vivo rodeada de libros.
¿Cuándo y por qué decidiste volcarte al análisis de libros?
Hace once años creé un blog donde al principio sólo escribía algunas crónicas personales, historias inventadas… Y con el tiempo, también empecé a comentar los libros que leía. Interactuaba con otros lectores y me pareció interesante poder compartirlo. Luego colaboré con algunos medios literarios haciendo reseñas.
Esto, con la experiencia y el aprendizaje, se fue trasladando al plano profesional y —desde hace unos años— empecé a realizar informes de lectura sobre obras inéditas; trabajo que hago tanto con autores como con editoriales.
Muchos te consideran una mujer sabia y criteriosa dentro del ambiente literario. ¿Qué características crees que debe tener una buena obra literaria para ser considerada como tal?
Muchas gracias a quienes me consideran así, aunque siento que estoy en proceso de aprendizaje constante. Si sabia es aquella persona que duda y reflexiona, lo tomo y agradezco. Yo busco todo el tiempo ampliar mis conocimientos, soy la eterna estudiante. Con respecto a las obras, no considero que haya buenas o malas, sino que gustan o no. Por supuesto que tienen que estar bien escritas, mantener el ritmo y ser creíbles…Una larga lista de formalidades que son básicas, pero lo más importante —a mi criterio— es que dejen algo en el lector. Cuando un libro te deja una huella, por más pequeña que sea, valió la pena.
Trabajaste años en una prestigiosa agencia literaria en Argentina, lo cual te permite tener otra óptica del “mundillo literario”. ¿Qué diagnóstico hacés de la situación actual? ¿Qué habría que mejorar?
Trabajé en la agencia literaria de Guillermo Schavelzon durante los últimos años que tuvo oficina en Buenos Aires, luego Willie (Schavelzon) decidió manejar todo desde Barcelona, él estaba radicado allá, y yo lloré semanas enteras. Era un lugar soñado.
Trabajar ahí me resultó fascinante. Había una sala llena de libros, un paraíso, tal cual dijo Borges. Escuchaba y veía a tantos escritores que tenía en mi biblioteca, no lo podía creer. Aprendí muchísimo, sobre todo en el trato directo con los autores. Algunos tan accesibles y cálidos, otros un poco menos. Fue en ese momento que quise ser parte del mundo literario. Y eso hice.
Recuerdo que fue una época donde muchos escribían y pocos llegaban a publicar. En la agencia recibíamos mensajes manifestando lo difícil que resultaba sacar un primer libro, acceder a un editor o a quien sea que lea los manuscritos. Hoy en día hay una gran cantidad de editoriales independientes que dan espacio a escritores que publican por primera vez. Así como hay más posibilidades de auto publicarse. Sin embargo, en ese frenesí en el que entran algunos por sacar libros, se pasan por alto procesos de revisión, corrección, edición, y termina siendo una pena porque lo que llega al mercado es una obra sin pulir, y eso el lector lo nota.
Otra de las cosas que veo es que se le dedicaba más tiempo a un libro nuevo. Ahora las novedades editoriales duran una semana, diez días y ya se prepara el próximo lanzamiento. Es maravilloso ver cargados los estantes de las librerías, pero me pregunto si realmente se lee tanto como se publica. ¿Y qué pasa con los libros que salieron hace unos meses? Algunos dicen que ya son viejos, increíble…
Noto también que hay un gran un cambio en la forma de comunicar, de promocionar: antes era muy importante sacar una nota en los suplementos de cultura. Ahora las redes sociales están llenas de cuentas que hablan de libros, aunque a veces no digan nada.
Y me parece que mejor dejamos ahí, me podría extender hasta el infinito con este tema.
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¿Creés que de alguna u otra manera habría que revalorizar la figura del agente literario? Mucho se habla de los escritores y en su defecto de los editores y libreros, pero parecería que el rol del agente literario queda disminuido o relegado a un rol secundario dentro del “ecosistema del libro”. ¿Qué opinás al respecto?
El agente literario es un representante que busca más lectores, que asesora, genera mejores contratos, busca traducciones, hace todo el trabajo que muchos escritores detestan. Para mí está muy bien que su rol sea secundario.
Sabemos que actualmente brindas asesoramiento y el servicio de análisis literario de obras. ¿Cómo afectó la pandemia a tu rubro? ¿Se vio mermado el trabajo o por el contrario, de alguna u otra forma tuviste más tiempo libre a causa de la pandemia?
Soy lectora editorial y también manejo las redes de algunos autores, y hasta hace unos meses de una editorial. En el caso de los informes de lectura hubo baches pero terminé el año con mucho trabajo. Y las redes explotaron con la cuarentena, la movida virtual fue constante. Estoy muy agradecida, no me fue mal.
El año pasado se presentó en Argentina un proyecto de Ley en el Congreso para crear el Instituto Nacional del Libro. Este año se evidenció un fuerte debate en redes sociales al respecto de ese proyecto de Ley… ¿Qué opinión te merece ese suceso? ¿Creés que es necesario un Instituto Nacional del Libro? ¿A quién debería beneficiar y por qué?
No conozco en detalle la ley, pero creo necesario que se generen políticas públicas sobre la industria del libro.Que se regule el mercado de manera equilibrada, que se federalice. No puede centrarse todo en la Ciudad de Buenos Aires. Además, me parece elemental que los escritores tengan beneficios sociales, jubilación, obra social, etc.
Son la parte más débil de la cadena y sin embargo la industria sin ellos no existiría.
Siempre me pareció una locura.
Mira:
¿Cuándo surgió la idea de lanzar la revista literaria Burak? ¿Cómo la describirías?
La idea me persigue desde que era adolescente y armaba mis propias revistas en cuadernos espiral. Recortaba notas sobre cultura general y música de los suplementos que traían los diarios. Los acomodaba y pegaba a mi gusto.
Y una tarde, ya adulta, mientras intercambiaba ideas con una amiga, surgió la posibilidad real de hacer la revista.
Y para describirla bastan las palabras de la presentación que figura en las redes sociales: Burak es un nuevo espacio cultural independiente, cuya misión es ofrecer un lugar para difundir literatura y arte. Que los escritores y artistas tengan donde mostrar su obra, y que llegue a todas partes. La idea es que sea una publicación cuatrimestral, impresa en papel y de distribución gratuita.
¿Qué balance hacés del año de Burak?
Fue un año increíble, en todo sentido. Íbamos a salir en marzo y nos frenó la cuarentena. A medida que pasaba el tiempo y la situación no mejoraba, decidí cambiar los planes. Y para esto empezamos a usar las redes: hicimos una convocatoria, seleccionamos y publicamos a un montón de autores y artistas geniales. Más allá de todo lo caótico e incierto de este 2020, fue un buen año para Burak.
Esta semana la revista Burak fue elegida como el mejor medio digital de Cultura por parte de la comunidad de libreros y escritores que votaron a lo largo de diciembre en el concurso de Entre Vidas TV. ¿A qué causas le asignas ese resultado? ¿Por qué crees que ganó Burak y no otras páginas?
Estoy muy agradecida en nombre de Burak. Me emociona porque fue una gran apuesta volcarnos a la virtualidad.
Con respecto a las causas, ojalá pudiera preguntarle a cada uno de los que votó, me encantaría saber. Pero imagino que tendrá que ver con el contenido compartido. La idea siempre fue llamar la atención de los lectores, con textos, vídeos, fotografías u obras que impacten, que dejen algo.
¿Por qué Burak y no otras? Para mí ganaron todas. Yo no creé la revista para competir. Ojalá cada día se sumen más espacios donde la cultura pueda expresarse en su totalidad.
¿Qué expectativas tienen con la revista de cara al 2021?
Lo más importante es poder sacar a la calle el número uno. Y esperamos que ya estén abiertos los lugares donde la queremos distribuir: bibliotecas, centros culturales, ciclos de lectura, escritura. No sólo para distribuir la revista, deseamos que en adelante no se sigan cerrando espacios. La cultura está en terapia intensiva, es necesario que se tomen medidas que ayuden al sector.