Reseña
“Dios No Está Muerto”, la película cristiana que te hará más ateo
Por Mauricio Zárate Gozalvez
- 23-03-2021
Ficha Técnica
“Dios no está muerto”, es una película estadounidense; del año 2014; dirigida por Harold Cronk; protagonizada por Shane Harper, Kevin Sorbo, David A.R. White y Dean Cain y; producida por Pure Flix.
Sinopsis
La película trata varias historias que se entrelazan bajo la consigna de demostrar que Dios “no está muerto”. Si bien cuenta con varios personajes, el protagonista es un joven universitario, Josh Wheaton, que toma la materia de “Filosofía 101” con el profesor ateo Jeffrey Radisson, quien en su primera consigna pide a los estudiantes escribir en una hoja de papel firmada “Dios está muerto”. Sin embargo, Josh es sumamente cristiano, y explica que no puede hacerlo, entonces el profesor le da el reto de demostrar la existencia de Dios en tres clases, para lo que le daría un tiempo al final de cada clase; si Josh no logra demostrarlo, se aplazará en la materia, retrasando toda su carrera universitaria.
A lo largo de la película se muestran muchos personajes: un pastor que desea viajar a Disney con un invitado del extranjero; la esposa creyente del profesor Radisson; una periodista progresista y atea; un empresario que ha dejado la religión de lado; un estudiante asiático que comparte la clase con Josh y; una vendedora musulmana que en secreto es cristiana. La trama se desarrolla con ciertos intercambios y encuentros entre los personajes.
Crítica
Spoilers incluidos
Lo más destacable de la película es la actuación de Kevin Sorbo como el profesor ateo Jeffrey Radisson, más allá de ser demasiado histriónico, le da una construcción a su personaje a diferencia de prácticamente todos los personajes (otras dos interpretaciones con contenido y construcción son las de Dean Cain y Trisha La Fache). La producción fotográfica y cinematográfica, aunque no innova ni aporta, es ciertamente limpia y bien hecha; visualmente es una película “bonita” de ver, y que transmite su mensaje sin ningún titubeo, como resaltan los críticos de cine: Stephen Farber y Claudia Puig . Sin embargo, la trama es plana, los personajes (exceptuando los mencionados) carecen de personalidad, y es una película que parte de premisas no sólo simplistas y polarizadoras, sino también ofensivas. En este momento se mostrarán tres aspectos negativos de la película; y una conclusión de por qué esta película está hecha para que los ateos seamos incluso más ateos.
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“es una película que parte de premisas no sólo simplistas y polarizadoras, sino también ofensivas. ”
El primer gran problema de la película, es que se sustenta en la polarización más básica: “ateos malos, cristianos buenos”. Si se hace un repaso de los personajes no cristianos, la evaluación es la siguiente:
Radisson: mal esposo, pretencioso y presumido en desmedro de su esposa, agresivo con su estudiante cristiano. Mark: deja a su novia que tiene cáncer porque eso afectará su empresa y trabajo; y no visita a su mamá enferma, demostrando su insensibilidad; también deja sola a su hermana (la esposa del profesor). Amy: obsesionada con su trabajo, ambiciosa, bloguera de izquierda progresista (lo muestran como si eso fuera malo). Misrab (padre de Aisha): musulmán machista, y violento que echa de su casa a su hija al descubrir que ella es cristiana. Básicamente ninguno de los no cristianos tiene cualidades positivas, y como se mostrará a posteriori, tampoco tienen un destino prometedor.
Por otro lado, tenemos a los cristianos practicantes. Empezando con Josh, quien es una persona noble, que quiere estar con su novia, ser abogado, defender la religión cristiana, y no teme enfrentarse a todos (él señala que incluso a sus padres) para defender sus creencias (además, como se desarrollará en adelante, es un genio). También está Aisha, quien escucha a Josh, y es una cristiana en secreto, cumple las reglas musulmanas por obligación y teme a su familia. El pastor David y el pastor Jude son personas amables y sabias; el primero ayuda a Josh en su tarea, mientras el segundo cree mucho en el destino y en la voluntad de Dios. Ambos son pintorescos y reflejan el estereotipo positivo de líder religioso.
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El segundo problema y quizás lo que más ruido genera, es el casi nulo realismo y distorsión de la realidad que presenta el filme. Quizás el irrealismo más absurdo está en su protagonista, Josh Wheaton, un estudiante de sólo 18 años, primer semestre y quien arma defensas más que complejas y las recita como si tuviera una experiencia de décadas dando cátedra universitaria. En su primera defensa cita astrofísica (Stephen Weinberg), refuta biología (Richard Dawkins), y todo esto hablando de algo tan sencillo para un joven de 18 años como es la creación del universo; el profesor Radisson destruye su argumento citando a Stephen Hawking. En la segunda defensa, el joven cita al matemático John Lennox y al propio Stephen Hawking para poner en jaque a su profesor, y cuasi demostrar la existencia de Dios (siempre de memoria y con una retórica que Platón envidiaría). En la última defensa (y tras leer literatura de la complejidad de Darwin y Dostoyevski), Josh pone en aprietos a un Radisson colérico que incluso dice que la religión es una enfermedad, todo con un final de película de Hollywood donde todos los estudiantes aplauden y apoyan a un estudiante que llegó a gritar a su profesor de filosofía y afirmar tajantemente que la ciencia “avala la existencia de Dios”, como si fuera un axioma, cuando no hay nada más falso que eso.
Continuando en este segundo problema de la película y basándose exclusivamente en la distorsión de la realidad: la trama muestra a Aisha como una musulmana que teme decir que es cristiana, y no sólo se protege y reserva ante su padre (que parece ser fundamentalista y violento), sino ante toda la universidad en la que trabaja. Lo más preocupante de esta parte de la trama; es que en un momento histórico en que en Estados Unidos y Europa los musulmanes son perseguidos y estigmatizados; “Dios no ha muerto” no hace más que apoyar irresponsablemente estos estigmas, escenificando a los musulmanes como machistas, violentos, cerrados y peligrosos; cosa que no ayuda en lo más mínimo a la realidad que viven miles de musulmanes en todo el mundo.
El tercer problema es el mensaje final de total desolación para todos los que no somos cristianos. En un total sinsentido, los ateos malos se reconvierten, no sin antes sufrir las peores noticias posibles. El que tiene la mejor suerte se convierte en cuanto su madre (que sufre de Alzheimer) le da una reflexión que lo llena de culpa; la segunda atea morirá de cáncer no sin antes ser recibida con misericordia por la banda cristiana “Newsboys”. Finalmente, el malvado profesor Radisson, tras ser abandonado en público por su esposa cristiana, se da cuenta de su error y va a buscarla, pero cuando está por llegar al concierto de “Newsboys”, un automóvil lo atropella. El pastor David se encuentra en el camino con el accidente y va a verlo para constatar que morirá en solo unos minutos y le pide que se arrepienta de sus pecados.
Si la intención de la película era pintar a los ateos como malos, lo logra. Pero, si también trata de mostrar a un Dios que perdona, acepta a todos y es misericordioso, la película se aplaza de lleno al asesinar sin ningún motivo al ateo más recalcitrante de la película. Cualquier no creyente, después de ver la película se sentirá ofendido después de verla, no solo por pintarlos como personas egoístas, pretenciosas y violentas; sino también por mandar el mensaje de que sus vidas estarán condenadas a una especie de karma que terminará con sus vidas.
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Mauricio Zárate Gozálvez es abogado.