Ensayo Fotográfico

Domingo, 7 de octubre 2018

La ciudad se levanta

Fotografía y texto por Gonzalo Flores

Nace el día y la ciudad se levanta. En las periferias de la ciudad de La Paz poco a poco se van revelando casas de ladrillos construidas sobres las laderas de las montañas, zonas en las periferias se levantan sin riendas al descontrol de la expansión urbana.

El paisaje montañoso se va cubriendo de un manto de edificaciones. La ciudad se va metiendo entre las montañas y escalando hasta la cima, hasta lugares habitables solo por la imaginación del más intrépido arquitecto soñador.

La ciudad se levanta hacia lo alto a falta de espacio horizontal donde crecer. La topografía paceña representa un reto para la planificación de la expansión urbana, que es incontenible y tiene hambre de innovación. Ingenio, concreto y metal se retuercen y crecen como árboles en medio de la jungla de cemento.

Se construyen medios de transporte que surcan los cielos en respuesta a la saturada infraestructura de transporte público, desde donde queda expuesta la imposición de estructuras construidas como trofeos de poder que rompen con la armonía de un centro histórico.

Dejando entrever las extensas brechas que existen entre las distintas zonas de la ciudad, no solo de distancia, sino de condiciones. Siendo las periferias las que realmente gritan por una planificación urbana sostenible y efectiva, pero que son las que se construyen de forma clandestina y obviando las normas, impulsadas por la necesidad de un pedazo de ciudad donde habitar.

Son los habitantes de La Paz, los constructores de una ciudad que se levanta imponente en las montañas. La gente que trabaja día a día para tratar de cumplir con sus más grandes ambiciones o únicamente para cubrir sus más básicas necesidades, son los arquitectos que dan forma a una ciudad en constante transformación y crecimiento.

Taladros, sierras, martillos, y grandes palas forman la sinfonía del núcleo paceño. Maquinarias y personas trabajando en una sincronizada danza van moldeando los terrenos sin parar y sin importar las condiciones climáticas tan cambiantes típicas de la región. Una fuerza constructora que no descansa, que tiene vida propia.

Con sus claros y sus oscuros, la ciudad de La Paz se expande a un ritmo acelerado, guiado por el ingenio de sus habitantes ha logrado ser una de las ciudades referentes en cuanto a planificación, buscando alternativas constantemente a la problemática de la expansión urbana. Una ciudad que crece hacia arriba, hacia los costados y hacia adelante, una ciudad que no duerme. Cae la noche y la ciudad se levanta.

Gonzalo Flores es fotógrafo.

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