Entrevista
Mirtha Caré: “La introspección es fundamental en mi escritura”
Por Julián Álvarez Sansone
- 12-08-2022
Mirtha Caré nació en la provincia de Buenos Aires en 1970. Es periodista y correctora de textos. Durante casi diez años fue productora y columnista de Qu, revista de literatura y arte. Escribió reseñas y entrevistas para Revista Kundra y TrenImsomne. Es colaboradora habitual de El Canillita Digital y está a cargo de la sección Libros con Eme del medio periodístico El Café Diario, donde también firma reportajes y artículos de actualidad. Además, participa en Burak, espacio cultural independiente, y es cofundadora del estudio de corrección de textos agua ardiente. Si bien la lectura la acompaña desde niña, la poesía le llegó de grande y de a poco. Tiene poemas publicados en revistas de Argentina y España. Ataca Kamchatka - cuarenta y ocho poemas y un viaje es su primer poemario editado.
En esta entrevista, la flamante autora del sello “Esa luna tiene agua” reflexiona sobre sus inicios como lectora y escritora, sobre los referentes de la literatura argentina contemporánea y sobre el proceso de edición de su nuevo poemario. También, nos habla de la importancia de la introspección en su escritura y las distintas formas en que se puede vivir el amor.
¿Cómo fueron tus inicios como lectora y escritora?
Mi papá era lector. Lo recuerdo siempre con un libro, sentado junto al ventanal. O comentando conmigo, a la tardecita, alguna de sus lecturas. Él leía a José Ingenieros, Borges, Sabato, yo era muy chica y no entendía demasiado, pero me encantaba escucharlo, él discutía algunas ideas de los autores. Además, en casa se mezclaban las enciclopedias gigantes con los clásicos para niños y estaban todos al alcance de la mano. Tuve la fortuna de que los libros fueran siempre parte de mi vida diaria.
Y la escritura vino por las cartas. Mi mamá era italiana, llegó a Argentina con su abuela, a los 14 años, y mantenía correspondencia con la familia de Italia. También estaban las cartas que se escribían con mi papá cuando él se tuvo que ir a trabajar a Brasil. A mí me encantaba leerlas, todavía las conservo. Así que empecé escribiendo cartas: primero a mi papá, después a mis amigos. Con el tiempo, y de un modo natural, llegaron los blogs online, las revistas literarias y los medios periodísticos. Como si el camino, a pesar de los desvíos, hubiera estado marcado.
Sabemos que sos una mujer conocedora del ambiente literario. ¿Cuáles son, según tu criterio, los referentes más importantes de la poesía argentina contemporánea?
Sinceramente, no me creo capaz de hablar de referentes, hay tantos poetas y de tantos lugares que mi mirada no puede abarcarlos todos. En poesía hay grupos y cada grupo de cada sector tiene sus referentes. Por supuesto que están los grandes reconocidos, como Diana Bellessi, Jorge Aulicino, María Teresa Andruetto, Fabian Casas…
“. Estoy muy feliz de hacer punta en Esa luna tiene agua y de acompañar a mi amiga en esta nueva etapa. ”
¿Cómo fue el proceso de escritura de Ataca Kamchatka? (Esa luna tiene agua, 2022)?
Fue muy libre, lo disfruté mucho. La escritura no estaba atada a una idea preconcebida, los textos no eran pensados en función de un libro. Las palabras venían a través de mis vivencias. A veces escribía en un cuaderno, otras en la computadora, otras en el celu. Lo hacía por la necesidad de retratar momentos. Como quien toma una foto o compone una canción. Después los reuní en un Word teniendo en cuenta las fechas.
En la misma línea, ¿Cómo fue el proceso de edición de este poemario?
El proceso de edición empezó en el mismo momento en que le mostré los textos a María Staudenmann (como amiga y compañera) una noche fría en Talcahuano, y me dijo “esto es un libro”. Yo confío en su mirada, trabajamos mucho tiempo juntas, así que, a pesar de mis dudas, me entregué. Creo que también me sedujo la idea de ver mis escritos capturados en papel. Así empezamos a armarlo y a editarlo. Nos llevó casi un año: sacamos textos, agregamos, pulimos. Nos batimos a duelo, pero la pasamos bien.
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¿Qué esperás que los lectores encuentren en este libro, el cual representa tu primer poemario?
Inevitablemente se van a encontrar con mi yo más íntimo. Este libro es un “viaje” personal en clave de poesía. Espero que se encuentren con eso, mi decir poético. Y espero haberlo hecho más o menos bien, para que disfruten el viaje.
¿Por qué se decidió que el título fuera Ataca Kamchatka y no otro? ¿Barajaban otras posibilidades?
El título original era China ataca Kamchatka, como la frase del juego de mesa T.E.G. Se me ocurrió cuando escuché una palabra: China, y en mi cabeza sonó como respuesta automática “ataca Kamchatka”. Y sentí que ese era el título: enmarcaba los poemas de manera perfecta. Después, cuando lo empezamos a trabajar como libro, María me sugirió dejar Ataca Kamchatka, para jugar con la ambigüedad. Y me pareció perfecto.
Más allá de que sea tu primer libro, este poemario tiene la particularidad de ser el primero de una editorial nueva. ¿Cómo llevás eso? ¿Con presión o con honor? ¿Es un peso o es un halago que tu libro inaugure la editorial Esa luna tiene agua?
Es un halago y un regalo. Estoy muy feliz de hacer punta en Esa luna tiene agua y de acompañar a mi amiga en esta nueva etapa. María es una persona que ama los libros y es muy profesional. Además de la experiencia que tiene como creadora y editora de revista Qu y como escritora, se está formando en la carrera de Edición. Así que cuando me hizo la propuesta de publicar mi libro e inaugurar la editorial, le di el sí. Que mis textos sean un aporte para este proyecto jugadísimo —que además del plano romántico de hacer libros, forma parte de otro plano: el de la industria, en este caso del libro, eso que también mueve al mundo— es para mí una verdadera satisfacción. Este proyecto es fuente de trabajo, de motivación, de alegría, en este país donde todo es complicado.
Con respecto al contenido del poemario, se evidencia un interesante trabajo introspectivo para repensar sobre lo que uno siente. ¿Creés que la introspección es una herramienta central de tu escritura?
Sí, la introspección es fundamental en mi escritura. Para redactar lo que sea necesito conectar con lo que me pasa, sentir que algo se mueve, si nada me pasa me cuesta ponerle palabras. Y con Ataca Kamchatka más todavía, necesité conectar con cada situación particular, revivirla.
Al leer el poemario uno vislumbra dos grandes tópicos: el amor y la nostalgia. ¿Qué otras temáticas crees que son abordadas en tu poesía?
Para mí, uno de los temas más importantes es la ternura. Tal vez, en muchos casos esté expresada en pequeños detalles. O disimulada en algo que se confunde con la ferocidad. Pero está siempre. Y después aparecen los otros temas —como partícipes necesarios—: la búsqueda, el deseo, la incertidumbre, el juego, el amor, la tristeza, la nostalgia.
Una característica de tu escritura que se puede apreciar al leer tus poemas es que te referís al amor de diversas formas. Si bien hay poemas de amor romántico, también hay poemas de un “amor combativo”, como en los poemas “Viernes revolucionario” y “Letras piqueteras”. ¿Qué concepción del amor crees que prevalece? ¿Por cuál te inclinás y por qué?
Como dice Vicky Castiñeira en la letra de una canción: “un fuego que me quemaba / se transformó en sentimiento”. Tal vez sea ese fuego que existe en mis poemas el que los hace combativos. No lo pensé. Sí creo que ese fuego es lo que prevalece; lejos estoy del amor romántico. Creí en ese amor cuando miraba con mi mamá las novelas de Grecia Colmenares. Pero crecí y me encontré con una realidad distinta, dura, muy alejada de lo romántico. Y tuve que buscar otra manera de entender, entre muchas otras cosas, el amor. Hoy creo que el amor es un conjunto de elementos (como en matemáticas) que comparten propiedades y se relacionan entre sí, como el cariño, el disfrute, el respeto. Aunque la vida —por lo menos la mía— siempre fue más como una montaña rusa que como una ecuación matemática. Así que todo puede cambiar.

¿En qué otro proyecto literario estás trabajando?
Ahora estoy escribiendo poemas que tienen que ver con mis lazos familiares, es también un viaje, pero hacia mi infancia. Y, por otro lado, con mi querida amiga Dana Babic (directora de Burak, espacio cultural independiente), estamos armando encuentros de lectura (en modo presencial y virtual) que empiezan el mes de julio, yo me estoy preparando para acercar la obra del poeta santacruceño Jorge Curinao.
¿Dónde y cómo se consigue tu libro?
En la tienda virtual de la editorial: https://esalunatieneagua.mercadoshops.com.ar/
En las librerías Suerte Maldita, Caburé y Didon, de CABA. Y en Maneki (librería virtual): IG @manekilibros
¿En qué otro proyecto literario estás trabajando?
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Julián Álvarez Sansone es escritor y politólogo.