Feminismo
¿Qué es el feminismo blanco y por qué es tan problemático?
Viernes, 14 de agosto de 2020

Primero que nada ¡NO! No está mal ser blanca y ser feminista. Lo que se pretende resaltar con la definición «feminismo blanco» es la postura desde donde se entiende la problemática de desigualdad de género, y lo que se piensan como mecanismos para contrarrestar la misma. Tomando en cuenta que desde la Era de la Ilustración, y a partir de los procesos de colonización del Sur del mundo, se ha formado una perspectiva imperialista para entender al ciudadano emancipado como si fuera un sujeto masculino blanco, occidental y hábil en sus capacidades.
En ese sentido las primeras olas feministas, se reconocen por ser llevadas a cabo por mujeres blancas, occidentales y privilegiadas. Por lo que históricamente toda la atención y la producción de conocimiento feminista se concentró en el Norte global (o sea en el Occidente). Constituyendo a la lucha feminista como la lucha por la “igualdad” de género, buscando la inclusión de la mujer en todas las esferas de la vida. ¿Pero de qué mujeres se hablaba? ¿A qué mujeres representaba el movimiento feminista desde la época del sufragismo? A la mujer blanca, occidental y de clase media.
“¿A qué mujeres representaba el movimiento feminista desde la época del sufragismo? A la mujer blanca, occidental y de clase media.”
La cuestión ahí yace en que las mujeres jamás han sido un grupo homogéneo en la historia de la humanidad. Y fue a partir de la denuncia de las feministas negras de la Segunda Ola que se denunció que el movimiento feminista estaba fallando en entender que la lucha manifestaba muchos sesgos al asumir que todas las mujeres eran iguales, y que todas sus experiencias eran iguales. Lo que por ende perpetuaba racismo y clasismo; sin querer.
Lo central en las denuncias de las mujeres negras era que se debía tomar en cuenta la interseccionalidad como punto de partida para redireccionar al feminismo a un camino de emancipación y justicia social, y no solo a una perpetuación del privilegio blanco otorgado por la colonización y el imperialismo, pero esta vez incluyendo a las mujeres blancas.
La interseccionalidad es una práctica y una teoría social que nació de la teoría de feministas negras estadounidenses como Audre Lorde o bell hooks. En esta se entiende que las opresiones sociales se yuxtaponen —o sea que se intersectan— y por lo mismo, no son separables la una de la otra, y por lo tanto un análisis que no entienda lo mismo tendrá errores teóricos. En términos básicos, la experiencia de una mujer negra o indígena no puede ser reducida a su identidad de mujer y ser equiparada con la de una mujer blanca, porque la mujer blanca nunca ha sufrido de racismo o discriminación sistémica por su color de piel o etnicidad, lo que hace que no sólo la opresión de género sea relevante en su vida, sino que también la opresión por su etnicidad juegue un rol fundamental.
“Se puede ser una mujer blanca y privilegiada, y no perpetuar un feminismo blanco, es más, esa es la meta de estas denuncias.”
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A partir de la teoría interseccional se ha transformado el movimiento feminista trasnacional, y se han desarrollado nuevas perspectivas feministas para entender los distintos matices de opresión que pueden afectar a las mujeres y feminidades en toda su diversidad. Como por ejemplo el feminismo decolonial, el feminismo de la discapacidad y el transfeminismo.
Por lo tanto, un feminismo blanco vendría a ser un feminismo que no tiene una mirada interseccional, y que supone que todas las mujeres son iguales —iguales a las mujeres blancas occidentales— y que por lo tanto asume que todos los grupos de mujeres piden y necesitan lo mismo para alcanzar la emancipación. Así que se puede ser una mujer blanca y privilegiada, y no perpetuar un feminismo blanco, es más, esa es la meta de estas denuncias.