Opinión
Una vacuna con sabor a soberanía
Por Francisco Fernando Morfín Marín
- 19-11-2020
Una vacuna con sabor a soberanía
La crisis del COVID-19 ha traído a la mesa muchos temas de conversación, unos más sonados que otros, ya sea la precariedad laboral, el fallo del sistema económico actual, lo frágil que son ciertas instituciones de salud, entre otras. Pero lo que tomó los reflectores unos meses luego del inicio de la cuarentena, inevitablemente, fue la vacuna.
Antes de comenzar es importante tener un conocimiento general sobre cómo funcionan las fases de pruebas antes de que la vacuna llegue a la población general.
La fase I tiene como objetivo evaluar la seguridad de la vacuna candidata y determinar el tipo y el alcance de la respuesta inmunológica que provoca la vacuna, se hace con un grupo pequeño 20 a 80 personas. La fase II su seguridad, capacidad imunógena, dosis propuestas, programa de vacunación y método de aplicación. La fase III involucra a miles de personas teniendo como meta asegurar la seguridad.
Por el momento se reporta que tenemos ya 29 vacunas en la fase de pruebas en humanos, y de esas 29 tenemos 6 en la Fase 3 de pruebas, los principales patrocinadores siendo Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea.
Cada uno de estos bloques está financiando sus propias vacunas, generando una especie de carrera “armamentista” para ver quién obtiene la vacuna primero y por ende las implicaciones geopolíticas de ganar esta carrera.
Al leer el titulo sabrán a qué me lleva esto: la vacuna cubana Soberana-01. Si nos volvemos a los Estados que se mencionan en las listas de vacunas, o se busca sobre vacunas para el COVID-19, podremos observar que: 1) los Estados que se mencionan son considerados desarrollados; 2) no se menciona la vacuna cubana en diversas fuentes mainstream, como en CNN y la BBC o en información de Wikipedia (que toma sus datos de la OMS).
La vacuna Soberana-01 es la única vacuna propia de , y de un Estado con condiciones muy complicadas como lo es Cuba, con embargos y bloqueos económicos encima desde hace 6 décadas.
Debido al bloqueo y las sanciones, la isla no cuenta con los mismos recursos que los Estados desarrollados antes mencionados, aun menos que los demás Estados en Latino América y el Caribe; considerando esto, Cuba está en una situación donde tiene que trabajar con lo que se tiene y donde la creatividad e ingenio son la clave.
El doctor Vicente Vérez, director general del Instituto Finlay de Vacunas (IFV) mencionó en una entrevista para Prensa Latina que los investigadores cubanos aprovecharon la gran cantidad de conocimiento científico que se generó en el mundo para poder realizar sus propias investigaciones, así como recursos locales con los que podían contar, como la vacuna de la meningitis meningocócica.
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Algo interesante que está sucediendo es la falta de apoyo que se ha dado a Cuba por parte de los demás Estados latinoamericanos, interesados más en las vacunas de Estados Unidos, la Unión Europea o Rusia.
Es completamente entendible que los gobiernos latinoamericanos pongan sus apuestas en las vacunas de Estados “desarrollados”, ya que es una inversión menos riesgosa cuando es una multinacional la que está elaborando una de las vacunas, pero es pertinente sumar la situación de las vacunas y la pandemia a la historia de la relación entre Latinoamérica y la Cuba revolucionaria.
Tampoco no es que Cuba esté completamente sola en el desarrollo de la Soberana-01, si bien no cuenta con el apoyo latinoamericano, cuenta con el apoyo del gobierno francés a través de la en el alivio de la pandemia con 5.3 millones de euros; como la entrega de 76 respiradores, 180 000 equipos de protección y de material para aplicar pruebas de diagnóstico.
El COVID-19 no está cerca de desaparecer, las vacunas podrán ayudarnos a combatir la enfermedad, pero no es que vaya a desaparecer luego de que las vacunas salgan al público, es completamente factible que sea endémico y no esté cerca de irse. Tomando en cuenta la cantidad de vacunas es muy factible que contemos con más de una vacuna, faltara observar si la distribución de la vacuna se convierte, de manera clara, en un juego de poderes y esferas de influencia.
La historia de la Soberana-01 será un cuento local de la isla, donde la efectividad de la misma construirá o destruirá la legitimidad del modelo cubano, no solo a los ojos de la población, sino, a los ojos del mundo.
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Francisco Morfín es estudiante de relaciones internacionales.