Poesía
Miércoles, 27 de noviembre de 2019
Y la culpa no era mía
“Lo repetía varias veces mientras vagaba en mis recuerdos.”
Por Ojos de Cuervo

Y la culpa no era mía.
ni donde estaba,
ni como vestía.
Lo repetía varias veces mientras vagaba en mis recuerdos.
Lo primero que sientes cuando eres víctima de violación es el tremendo sentimiento de culpa,
La culpa va contigo y la culpa te acompaña.
Me acuerdo entrar constantemente a la ducha para quitarme todo,
Ese sentimiento de odio a tu cuerpo, a sentirlo sucio, a sentirlo ajeno no se quita fácilmente.
Y te culpas…
Te culpas por darte cuenta que tu cuerpo no reacciona igual que tu miedo,
culpable también por no poder hablar ni poder contar a nadie lo que te ha pasado,
culpa porque tu placer te deja de pertenecer.
Así, es como el patriarcado se lleva toda tu dignidad y te deja la culpa,
Una culpa que te embarga por años, que te despierta en las noches, que te hace sentir amenazada cuando se va la luz.
¿Qué hago aquí a estas horas?
Pues nada, no le tengo miedo a la muerte ni a que pase de nuevo.
Y tiemblas porque sabes que no te tragas tus palabras.
Y la culpa se queda en tus acciones, en tus relaciones futuras y en tus decisiones.
Y vas por el mundo con un cartel de “culpable” en la frente.
Y el mundo reacciona como si supiera que lo que andas cargando no es sólo culpa si no un boleto gratuito con permiso a traspasar todos los límites.
Porque tus no, no fueron lo suficientemente fuertes,
Porque nadie quiso escuchar tus gritos y nadie quiere sostener tus lágrimas.
Así que, andas por la vida diciendo a todos que sí de forma consciente o inconsciente.
Porque es evidente que llevas contigo la culpa y sumado a eso contigo también va la permisividad y un cúmulo de ganas de sentirte protegida.
Es impresionante como va cambiando tus hábitos.
¿Cómo te recuperas de eso?
Me lo pregunto mientras la canción pegajosa sigue en mi cabeza y las lágrimas corren por mi cara:
La culpa no fue mía,
ni dónde estaba,
ni como vestía.
Pd: no me siento identificada con la palabra víctima, sé que tampoco con la de sobreviviente, aunque me han tocado días donde sobrevivir es lo que me ha tocado pasar. Hoy estoy en un proceso de reencontrarme conmigo misma, de quitarme la culpa y el miedo. Esta canción me ayuda un poco a seguir en ese camino. Gracias al colectivo LAS TESIS por hacerla y por todas esas voces que nos siguen cantando al oído la esperanza de quitarnos la culpa.
Ojos de Cuervo.